jueves, 21 de agosto de 2014

DISNEY Y YO

Supongo que ya leísteis esta entrada. En caso contrario, echarle un vistazo no estaría de más, sobre todo porque ahí anuncié algo gordo. O delgado. Depende del criterio de cada uno. Aunque creo que para la mayoría de la gente, va a ser algo gordo. Demasiado. Hasta peligrosamente obeso, debería añadir. Porque a mí

NO ME GUSTA DISNEY











Estas imágenes seguro que representarán a la perfección lo que estará pasando ahora mismo por las mentes de al menos el 90% de los que hayan leído esa frase. Estoy completamente seguro. Porque a todo el planeta le encanta este estudio de animación, es más, estoy convencido de que si vinieran alienígenas a visitarnos, les encantaría. Pero a mí no. Puede que sea especial, pero es lo que hay. 
En fin, comencemos con el origen de todo. 

Cuando tenía como 3 ó 4 años, veía, como todos los niños, películas de dibujos. En mi casa teníamos literalmente una tonelada de ellas. Y yo me las tragaba. Pero unas mejor que otras. Porque cuando me ponía a comparar una película de Disney con otra como por ejemplo "Rex, un dinosaurio en Nueva York", la segunda ganaba por mucho. Así, sin  más. Y tenía muchas razones para ello.

En primer lugar, las canciones. Oh, Dios. Las canciones. Las que los personajes cantaban a todas horas, sin compasión. Yo las odiaba. Me daban vergüenza ajena. Directamente, lo que hacía era taparme los oídos, pero era fútil, dado que las muy putas me atravesaban toda la trompa de Eustaquio. Porque eran noñas. Siempre hablando del amor, de la valentía... Cuando hay otras formas más épicas de hacerlo. Y es cierto que en "Fievel en el Oeste" los personajes cantan, pero lo hacen de puta madre. Joder. Y por sólo tres veces (en realidad creo que cuatro). Cuando es necesario. Porque si otra cosa tienen las de Disney, es que están a todas horas. Casi puedes hacer una fórmula matemática con la que predecir su aparición. Como diciendo: "Jarl, los guionistas no quisieron hacer un diálogo y pusieron una canción". Pues básicamente están por eso, porque los guionistas no tenían otra cosa mejor que hacer que sodomizar nuestros oídos. Muchas gracias. Y lo peor es que la gran mayoría de los otros estudios de animación también empezaron a añadir canciones. Iguales o peores. Vamos a ver, si quieres poner canciones en una película de dibujos, o serie,  o bien las haces memorables, o que no las canten los personajes. En el primer caso, tenemos las de "Fievel en el Oeste", "Ferngully" y series como "Hora de Aventuras" (aquí son directamente la leche) En el segundo caso, "El planeta del tesoro" fue el mejor exponente. Y de paso, la mejor película de Disney. No obstante, la única película de este estudio que aguanto aún teniendo personajes que canten es la de "Aladdin". Sus canciones son memorables, divertidas, sin riesgo de que me den un ataque de vergüenza ajena o me destrocen los tímpanos.

Pero no solo las canciones son lo único que me da por saco de este estudio. Otra cosa que no soporto de este estudio es que maneje el cotarro de la animación. Hombre, es lógico con todo el éxito que ha tenido. Aunque eso no es óbice para que todas las demás compañías hagan lo mismo que ella. O al menos, la mayoría. ¿Que Disney saca películas de animación por ordenador? Don´t worry, gentlemen, Dreamworks, Universal y Fox harán lo mismo (y les salen mejores que a Disney). No es que no me gusten las películas de animación por ordenador. Es simplemente que la animación clásica, la de lápiz y papel, la de películas como "En busca de el valle encantado", "Fievel" y demás se está perdiendo. Al menos en Occidente, dado que Japón sigue con ese estilo hasta el fin del mundo...aunque el CGI que ahora está tan de moda en las producciones de animación niponas deja mucho que desear si lo comparamos con el de "El Gigante de Hierro". ¿Visteis Evangelion 3.0? ¿Recordais ese CGI que aparece en el principio, cuando Asuka está en el espacio? De ese CGI hablo. Que resuelva mucho de los problemas de los animadores, vale. Pero por Dios, no lo uséis para todo, que ahora anime de mechas que veo, anime que tiene CGI en los puñeteros robots. En todos los que salen. Y no me gusta. Nada de nada. Porque parece que va a sustituir a la animación tradicional. Al menos Captain Earth se salva, porque sus mechas no tienen el CGI taaaaaaaan omnipresente en las series de mechas de hoy en día.





Resumiendo: que la nostalgia no es tan buena como aparenta. ¿Recordar viejos momentos? Vale. ¿Repudiar lo nuevo sólo porque crees que era mucho mejor lo que antes veías? Mal vamos.

Tampoco me olvido de las películas de imagen real que han hecho los de Disney. Sin comentarios.

Podría decirse que mi entrada ha concluido... Pero estaría mintiendo. Porque falta aún expresar lo que siento con respecto a una película de Disney. Creo que ya sabéis de cuál hablo.

EL REY LEÓN 



Oh, señor... El Rey León es, posiblemente, la película que menos me gusta de todas las que han hecho estos tíos. Tiene canciones por todos lados y una legión de nostalfags dispuestos a matar a cualquiera que dude de la grandiosidad de este filme... Porque la tiene, ¿verdad?.

Y una polla como una olla. A mí no me vendéis la lavadora. Nunca me gustó ni me gustará este filme. Si por algo recuerdo esta película, es por Constantino Romero que le dio la voz a Mufasa. Lo único digno de mención. La película es "Hamlet" pero con leones. Y muy hipócrita. Porque dice que el ciclo de la vida nos conecta a todos, pero bien que los animales de la sabana se van cuando las hienas manejan el cotarro, ¿verdad? Y en realidad las hienas son sin duda uno de los eslabones más importantes de la cadena alimenticia dado que eliminan todos los desechos. Pero es preferible que te devoren los leones, animales tan nobles ellos. Venga ya.. Me estoy cuestionando los valores que queríais transmitir a los niños con vuestra "genuina obra maestra". O quizá es que solo sea mi impresión. Digo yo.

Y luego llegan las comparaciones. Ya lo dije al principio, cuando era pequeño, comparaba las películas que veía. Y para desgracia de esta, siempre salía perdiendo. Para mí, toda la majestuosidad, la grandiosidad y demás cosas que los críticos alababan de esta película, no eran más que futesas baratas. Y aún siguen siéndolo.

Por ejemplo, cuando Mufasa se sacrifica para salvar a su hijo: