Hace poco, estuve hablando con un colega. Qué tal la vida, cómo va la familia, y esas cosas. Una conversación típica, vamos. De pronto, decidí hacerle una confesión.
-¿Sabes una cosa?- le dije.
-Cuenta- me respondió.
-Cuando era más pequeño, deseaba que llegasen las vacaciones para poder viciarme a la consola. Ahora, no sé por qué, ya no siento eso.Ya no quiero jugar a videojuegos. Lo que más deseo es leer libros, cómics, ver series, dibujar, y tocar la armónica (que la tengo PUTO abandonada)
Mi amigo se quedó pensativo. Y luego me dijo que a él le pasaba lo mismo.
¿Cómo es esto posible? ¿Cómo se ha podido ir el amor que sentía por este medio?
Llevo jugando desde que era un enano, con el Donkey Kong de la Game Boy que tenía mi hermano. Dios, menudo hijo de puta era el gorila ese... Pero decir que no me lo pasaba bien sería una mentira MAYÚSCULA.
Luego llegó Kirby´s Dream Land, una maravilla que siempre amaba pasar una y otra vez.
Y cómo olvidarnos de ese grandioso temazo.
Posteriormente, llegó la Play 2, con Jak y Daxter, Ratchet y Clank, God of War, a continuación la Gamecube, con el grandioso Metroid Prime, la Xbox 360, con el que considero mi juego favorito, Halo 3 y, cómo podéis adivinar, la Wii U.
Y no sé por qué, cada vez que probaba nuevos juegos, con el paso de los años, me sentía más... aburrido.
El último título que caté fue Pokémon X. Es cierto que con él descubrí al que considero mi Pokémon favorito, pero por lo demás no es un título que catalogaría como una maravilla, a diferencia de la opinión general. En esa entrada ya expliqué las razones, no creo que haga falta repetirlas.
ESTO SÍ ES UN POKÉMON, COJONES |
Prosigamos, pues. Han pasado pocos días desde que saltara la noticia de que un medio de prensa de videojuegos español ha sido vetado por Koch Media, al dar a Final Fantasy XV una nota inferior a lo esperado. Y es aquí cuando pienso en cómo funciona la industria de verdad. No sólo me refiero a los "maletines" tan famosos que las compañías dan a los periodistas, no, también hago hincapié en cómo nos trata la industria a los jugones. También hay escándalos en el mundo del cómic y en el cine, no lo negaré. Pero los que atañen al videojuego, sinceramente, son de juzgado de guardia. Para ilustraros, nada mejor que un reportaje de Arkanfunkel. Adelante vídeo.
Buff... Menudo revuelo se armó con este juego. Como habéis podido ver en el vídeo, la práctica de incluir DLCs es algo extendido. Eso ya lo sabíais, ¿no? Pues bien, quisiera hacer una comparación.
Por un lado, Star Wars Battlefront, el último que salió. Para la PS4, Xbox One, y PC. Bien.
Ya que el juego tenía pocas opciones desde su salida, como un número escaso de mapas, o la imposibilidad de disfrutar de las batallas espaciales, añádele un pase de temporada que cuesta casi LO MISMO que el título. Casi más de 100 euros en total.
DIOS MÍO, ME DUELE EL ALMA SÓLO CON PENSARLO.
Así, así me quedé yo cuando lo leí. |
Bien, pues ahora veamos con qué lo comparo... Oh, ya sé.
Mi amigo capricornio, un cómic japonés que me supuso una sorpresa fantástica, al tratar el tema del acoso escolar, tan vigente hoy día, pero desde una óptica diferente. ¿Su precio? Sólo 8 euros.
Y sí, puede ser que cuando estés con el Star Wars jugando online te lo pases de puta madre, pero creo que lo de los 100 euros no se te olvidará en la vida, ni el escozor que te ha dejado en el culo. Pero la cosa que quiero dejar clara es que este juego está INCOMPLETO, le faltan cosas, pero al cómic que he comentado no, está ÍNTEGRO.
Venga, hagamos otra comparación.
The Order 1886, un juego que tiene tan sólo 6-8 horas de duración y que su precio de salida fue de 69 euros y 95 céntimos, redondeando, unos 70 euros. Bien, tomemos ese precio redondeado, y una duración media de 7 horas, ¿de acuerdo? Haciendo cálculos ligeros, 10 euros la hora de partida (Cierto es que hace poco más de un año se rebajó a casi 40 euros, lo que dejaría la proporción en 5,7 euros la hora, redondeando, unos 6 euros cada hora de juego; pero me gustaría hacer la comparación con el precio que tuvo cuando salió)
Ahora, por otro lado, tenemos la película en Blu Ray de Pacific Rim, cuyo precio es de 12 euros y 95 céntimos. Es una cinta de más o menos 132 minutos, esto es, 2,2 horas. Vale. Dividamos otra vez, 12,95 euros entre 2,2. Nos salen casi 6 euros por hora (exactamente 5,88). Y no me negaréis que preferís Pacific Rim a The Order 1886. No contestéis, no hace falta.
Y sí, supongo que saldrá el listo de turno que me hará la comparación con Evangelion 3.33 (cinta que como ya expuse me gustó muchísimo) porque viendo que dura tan sólo 95 minutos y hay que pagar por ella casi más de 15 pavos, la cuenta te sale a 9,6 euros la hora, casi 10. Pero prefiero mil veces esta cinta, que nos cuenta que, por mucho que te esfuerces, no podrás rehacer tus errores, pero que también habrá gente como Kaworu que te apoyará y te ayudará a seguir adelante, acompañada de una animación y música soberbias, que la de, por ejemplo, Call of Halo Reach, un juego que me costó casi 80 euros (era la edición coleccionista) y que aún me sigue doliendo que pagase tanta pasta por esa tremenda decepción de título.
A lo que quiero llegar con esto es que la industria del videojuego me está produciendo un gran desencanto. La mayoría de los nuevos juegos que he ido probando durante los últimos años no son tan buenos como los tildan las revistas y demás medios especializados, hay DLCs por todas partes, errores en las partidas, los escándalos y polémicas se siguen sucediendo, pero a la gente le da igual, siguen comprándolos. Por ejemplo, cuando se pone a la venta un nuevo Call of Duty, que puede costarte un precio altísimo (El Black Ops 3 costó 64,95 euros, tuvo polémicas por la calidad gráfica y su puntuación en Metacritic es de 4,6 para los usuarios, que bueno, fíese usted mismo porque no sé yo) la gente va a por él como loca, a pesar de todos esos aspectos. Y así, todos los años. Eso sí, cuando sale una serie de anime en España, la gente se queja por el precio tan alto que tiene. Joder, que encima que una empresa te la trae, con un doblaje (en la mayoría de las veces) genial, te quejas de la cartera. Y no de cuando sale el Call of Duty de turno.
Pero si pienso en cómo a mí me tratan las industrias del cómic, de los libros, música y películas... No sé, me parecen mejores. Cierto que he sufrido algún que otro desliz, como por ejemplo cómics mal impresos, errores en la numeración, compilaciones de títulos de un autor a las que les falta algún libro en concreto que me gusta, Cds rotos (bueno, eso es más culpa del almacén), pagar por películas regulares o malas... Esas cosas me han sucedido, sí, pero las cuento con los dedos de una mano, como quien dice, y en general estoy satisfecho con la labor que hacen dichas industrias, puesto que he encontrado obras soberbias, como Black Bullet, la saga de Godzilla, la discografía de System of a Down, los libros de Murakami y Delibes, Salinger, La carretera de Cormac McCarthy (cuya adaptación fílmica me encantó)... etc. No obstante, si me refiero a la industria del videojuego... Es que cada día pasa algo. Que si un nuevo DLC, que si una nueva remasterización que cuesta un ojo de la cara, que si la nueva consola no va a ser retrocompatible, que si el siguiente título está incompleto, que si sacan una nueva consola sólo por mejoras gráficas... Y salvo Xenoblade X, no he probado ningún título en los últimos 4 años que me haya apasionado. Sinceramente.
Por eso esto es un triste adiós. Ya no me gustan tanto los videojuegos. O mejor dicho, no me gusta el trato que recibo (y creo que todos los jugadores opinarán lo mismo) de la industria, y en consecuencia, ya no siento lo mismo por los videojuegos. Seguiré jugando, sí, pero a obras antiguas, de tiempos sin duda mejores, cuando no había actualizaciones, ni DLCs, cuando comprabas un título que estaba íntegro, y que ponías en tu consola y a jugar. Me perderé el futuro del videojuego, cierto, las nuevas obras que surgirán. Pero honestamente, eso es algo que no me parece tan malo. Ya no creo en la industria.
Tan sólo un milagro me sacaría de esta situación. Que sacasen un Metroid Prime como Dios manda, la segunda parte del Xenoblade X y un Bloodborne, o algo por el estilo, para la nueva consola de Nintendo, la Nintendo Switch. Y aún con esas, me lo pensaría.
Así que, ha llegado el fin. Me lo he pasado bien. De verdad. Pero ha llegado la hora de decir adiós. Gracias por todos esos momentos.
Pero si pienso en cómo a mí me tratan las industrias del cómic, de los libros, música y películas... No sé, me parecen mejores. Cierto que he sufrido algún que otro desliz, como por ejemplo cómics mal impresos, errores en la numeración, compilaciones de títulos de un autor a las que les falta algún libro en concreto que me gusta, Cds rotos (bueno, eso es más culpa del almacén), pagar por películas regulares o malas... Esas cosas me han sucedido, sí, pero las cuento con los dedos de una mano, como quien dice, y en general estoy satisfecho con la labor que hacen dichas industrias, puesto que he encontrado obras soberbias, como Black Bullet, la saga de Godzilla, la discografía de System of a Down, los libros de Murakami y Delibes, Salinger, La carretera de Cormac McCarthy (cuya adaptación fílmica me encantó)... etc. No obstante, si me refiero a la industria del videojuego... Es que cada día pasa algo. Que si un nuevo DLC, que si una nueva remasterización que cuesta un ojo de la cara, que si la nueva consola no va a ser retrocompatible, que si el siguiente título está incompleto, que si sacan una nueva consola sólo por mejoras gráficas... Y salvo Xenoblade X, no he probado ningún título en los últimos 4 años que me haya apasionado. Sinceramente.
Por eso esto es un triste adiós. Ya no me gustan tanto los videojuegos. O mejor dicho, no me gusta el trato que recibo (y creo que todos los jugadores opinarán lo mismo) de la industria, y en consecuencia, ya no siento lo mismo por los videojuegos. Seguiré jugando, sí, pero a obras antiguas, de tiempos sin duda mejores, cuando no había actualizaciones, ni DLCs, cuando comprabas un título que estaba íntegro, y que ponías en tu consola y a jugar. Me perderé el futuro del videojuego, cierto, las nuevas obras que surgirán. Pero honestamente, eso es algo que no me parece tan malo. Ya no creo en la industria.
Tan sólo un milagro me sacaría de esta situación. Que sacasen un Metroid Prime como Dios manda, la segunda parte del Xenoblade X y un Bloodborne, o algo por el estilo, para la nueva consola de Nintendo, la Nintendo Switch. Y aún con esas, me lo pensaría.
Así que, ha llegado el fin. Me lo he pasado bien. De verdad. Pero ha llegado la hora de decir adiós. Gracias por todos esos momentos.
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